El próximo mes de noviembre se cumplirá el 25 aniversario de la visita del expresidente español Felipe González a Cuba. En aquella época, la visita era considerada el «plato fuerte» de la gira iberoamericana que llevó a cabo González, también por Ecuador y Perú. En Cuba, el expresidente socialista recibió la máxima condecoración cubana, la orden «José Martí», y, al recibirla -un 14 de noviembre-, afirmó que la recibía con gran satisfacción en nombre de todo el pueblo español.
El enviado especial de La Vanguardia, Alberto Míguez, dejó escritos en su crónica, al día siguiente de la condecoración, algunos detalles de la celebración que, al parecer, fue aburrida en general, menos en lo accesorio:
Pero además de políticos y militares, a la recepción asistieron personalidades de la cultura, las artes y las letras. Allí éstaban García Márquez, Bryce Echenique y Fernández Retamar, el poeta cubano más comprometido con la revolución. En el ‘buffet’ posterior al acto’ menudearon los “mojitos” (ron, azúcar, hielo y yerbabuena), los «daiquiris», los tragos largos de whiskies, la piña colada y el vino de Rioja, en homenaje al condecorado, así como «tamales» (harina de maíz cocida con carne), langosta del‘Caribe y camarones.Todo ello en abundancia.
Ese noviembre del 1986 todavía faltaban muchos meses y años para que llegara el día de la grave crisis que casi se lleva a Castro para el otro barrio. Hace 25 años el estado de salud del dictador así como la avanzada edad de los jerarcas del castirsmo ya generaba comentarios en la prensa. Pone los pelos de punta pensar que tras haber pasado un cuarto de siglo los «casi» viejos de entonces continúen encima del caballo:
«Está muy bien de salud, pero tiene ya sesenta años. Debemos cuidarlo, porque es único», decía con cierto humor, puro en ristre, un alto funcionario de la presidencia cubana refiniéndose al «comandante en jefe». Fidel sigue dando, en efecto, sensación de vitalidad y autoridad, pero los años no pasan en balde. Al respecto era curioso comparar la edad de los responsablés castnistas. La media del Gobierno cubano ronda los sesenta, y el paso del tiempo ha hecho mella en estos antiguos comandantes guerrilleros y agitadores estudiantiles que llevan casi 28 años en el poder. Cuarenta años, en cambio, es la media de edad de los miembros del Góbierno español o de los altos funcionarios que les acompañan.
La visita, como remarcaba el editorialista del periódio barcelonés, fue «un acontecimiento político de relevante importancia» dado que se trataba del primer jefe de Gobierno de un país miembro de la CEE y de la OTAN que recibía una visita oficial a Cuba en los últimos 20 años. Antes de González, Adolfo Suárez había visitado la isla como presidente de España, pero entonces el país todavía no formaba parte de la CEE y la OTAN.
En su editorial, La Vanguardia recordaba que la visita de González a la Isla debía dar respuesta a algunas necesidades concretas de los españoles respecto al castrismo. «Estos resultados pueden medirse, por poner dos ejemplos, en una solución sobre las indemnizaciones pendientes a ciudadanos españoles expropiados en sus bienes por la revoluciópn, o sobre la situación del español Eloy Gutiérrez Menoyo».
El editorial acaba con este párrafo:
Sólo los hechos concretos pueden avalar una actitud más abierta y dialogante por parte del régimen cubano, sin duda necesitada de ella por sus problemas internos de orden social y económico, por la ya casi áncianidad de sus líderes y por el fin del mito del castrismo como modelo revolucionario. Tras su «secuestro» en aguas del Caribe a cargo de su anfitrión, Felipe González debe llegar mañana a Barajas con resultados bajo el brazo, so pena de correr el riesgo de haber hecho un favor tan bello como gratuito al barbudo comandante en jefe.
Pocos años antes, en 1984, Fidel Castro y Daniel Ortega hicieron una visita de cinco horas a España. Al lado de Felipe González, Castro habló ante la prensa sobre Eloy Gutiérrez Menoyo. En este vídeo quedó registrada la intervención.
Después del viaje de González a Cuba, Gutiérrez Menoyo fue liberado. Fue el fundador de Cambio Cubano y vive en La Habana. Actualmente se define como un «opositor leal» a Fidel Castro.
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